bases de datos de emails

¿Qué tipo de bases de datos de emails es recomendable?

Hay muchas herramientas de las que hacemos uso habitual en nuestro negocio. Las bases de datos de emails son fundamentales y se convierten en uno de los elementos sobre los que organizamos nuestras acciones de marketing. Contar con una base de datos significa tener catalogados a nuestros clientes y poder acceder a ellos de forma inmediata con aquellas comunicaciones que creamos que son de su interés. ¿Pero qué tipo de bases de datos necesitamos para obtener los mejores resultados? Podemos diferenciar entre dos tipos claramente representados: las internas y las externas. Unas son muy recomendables y las otras pueden dar lugar a situaciones problemáticas. A continuación os enseñaremos a diferenciarlas.

 

Bases de datos internas, las recomendadas

De los dos tipos de bases de datos que podemos utilizar para correos electrónicos las internas son aquellas que están más recomendadas. Se trata de las bases de datos que realizamos reuniendo emails de nuestros propios clientes. Se trata de un target totalmente potencial y bien unificado, que cuenta con unos intereses afines en cierta manera con nuestro negocio o con los productos/servicios que comercializamos. En una gran parte de casos se puede tratar de usuarios que ya han confiado en nosotros y que han quedado tan satisfechos que quieren seguir informados de aquellas novedades o promociones que podamos organizar. En otros casos es posible que se trate de personas que han sentido interesados por el trabajo que realizamos y que si bien en ese momento no puedan requerir nuestros servicios sí es posible que los usen en el futuro.

Suscribirse a nuestra base de datos permitirá a estos clientes o clientes potenciales recibir nuestras comunicaciones y hacerlo directamente en su bandeja de entrada del correo electrónico. A partir del momento en el cual construimos una buena base no hay que abusar de ella y aprovecharla siguiendo una lógica que nos aleje de las políticas del spam y que evite que los usuarios se den de baja. Esto supone limitar el envío de correos electrónicos a momentos especiales o a una periodicidad semanal en la cual se aproveche para informar de novedades o de alguna iniciativa especial que pueda ser del interés del público. El valor de estas comunicaciones es alto, dado que se suele obtener un buen índice de retorno al haber muchos usuarios que hacen click en las novedades que se incluyen en ellos.

 

Bases de datos externas, las peligrosas

Aquí se encuentra el gran riesgo del sector corporativo en cuanto a las bases de datos de correos electrónicos: las de adquisición externa. Podemos tener más o menos idea del funcionamiento de esta herramienta o de la utilidad que puede tener en términos de marketing, pero seguro que entendemos que la adquisición de una base de datos cerrada que no tiene ninguna relación con nuestra empresa no puede ser una buena decisión. Tanto en términos de ética como en legalidad y filosofía de estrategia comercial se trata de una opción que hace aguas y que no resulta recomendable a ninguno de los niveles.

En cuanto a ética es una mala decisión porque nosotros sabemos que nadie ha construido un gran negocio a su alrededor optando por el camino fácil. Eso es algo que, a largo plazo, solo puede acarrear problemas. Si nos dan el trabajo hecho y nos aprovechamos de personas que en realidad no conocen nuestra empresa, lo que ocurrirá es que estaremos incumpliendo con las normas de conducta del buen empresario. No es correcto hacer uso de este tipo de atajo para intentar beneficiar a nuestro negocio, se trata de una mala práctica que antes o después nos producirá algún efecto añadido para equilibrar la balanza.

Los problemas legales pueden ser los que hagan este equilibrio, dado que por ley está prohibido hacer la compra de estas bases de datos de emails y utilizarlas para enviar correos electrónicos masivos a personas que no han dado su consentimiento para ello. La AEPD (Agencia Española de Protección de Datos) ha cargado contra más de una empresa por haber adquirido estas bases de datos y por utilizarlas para su beneficio, jugando con los datos privados de los usuarios a los que han escrito. El simple envío de un correo electrónico, por mucho que nosotros creamos que puede ser de interés para esas personas, puede darnos excesivos problemas legales. Y en último lugar, para la estrategia comercial que deseamos adoptar en la empresa también es una mala idea. ¿De verdad creemos que enviar un correo a 800 personas que no sienten interés por nuestro negocio es una buena idea? En todos los casos será mejor enviarlo a 50 que sí estén interesadas que a 800 que no.

 

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