¿Qué hacer en el momento en el cual descubrimos que el servidor que utilizamos para subir archivos a la nube se ha quedado pequeño? Nos vemos en una tesitura complicada, sin saber cómo avanzar bien a partir de ese momento. En ese preciso instante comenzamos a sentir dudas sobre qué hacer. Una opción es revisar todos los archivos que están subidos y eliminar los que no sean necesarios… ¿pero y si tras esa purga no se ha liberado suficiente espacio? Entonces queda solo una solución: contratar un hosting dedicado donde tengamos la total seguridad de que nuestros archivos estarán bien almacenados, de manera privada y segura. De esta forma solo nosotros y los miembros de nuestra empresa tendrán acceso a los archivos subidos. ¿Pero es esa la única posibilidad? Por supuesto que no. ¿Sábes lo que es vps?
En ocasiones, por muy cómoda que parezca su contratación, tener un hosting dedicado no es una de las mejores opciones ya que estaremos pagando por un servicio que no estamos usando en su totalidad. En muchas ocasiones solo necesitamos un pequeño aporte extra de espacio, algo que el hosting dedicado no es capaz de ofrecernos. Para esos casos existe el VPS, una solución económica, estable y muy segura. Por ello es importante que sepamos que es VPS y que hablemos de ello en profundidad a fin de analizar sus muchas posibilidades.
Una posibilidad de gran rendimiento
Como bien dicen sus siglas en inglés Virtual Private Server (en español “servidor virtual privado”), se trata de un hosting donde podemos subir de forma privada nuestros archivos con una dinámica muy similar a la de los servidores dedicados, pero con el gran cambio de que esta opción es más económica que un hosting dedicado. De forma más sencilla, VPS nos ofrece la privacidad, rapidez y memoria que proporciona un servidor dedicado, pero con el precio reducido de un servidor compartido. Esto hace que sea la opción ideal para quienes necesitan un aporte adicional de espacio con el cual complementar el rendimiento que realiza su servidor habitual.
¿Cómo funciona?
Visualizad por un momento la máquina que aloja los hostings, la cual tiene tanto espacio y potencia que es capaz de soportar diferentes servidores sin temor de que se caiga la línea o surjan errores. Un VPS hace uso de esta máquina, la cual dispone de diferentes particiones independientes las unas de las otras. Así, ese pedazo de memoria es el que contratamos para trabajar con ella, pudiendo subir nuestros archivos con la seguridad de que esa partición es privada donde solo y únicamente nosotros o nuestro equipo podemos entrar, salir, trabajar y borrar archivos si eso es lo que deseamos.
Hemos visto que VPS es la alternativa de un servidor dedicado… ¿pero el servicio VPS tiene una alternativa? La respuesta es sí, pero con unas condiciones muy distintas a las que nos pueden ofrecer las particiones privadas de VPS. Este servicio es el servidor compartido. A pesar de que también nos da cierta privacidad (pero no tanta como un servidor dedicado o VPS que nos asegura al 100% que nadie puede ver lo que guardamos) hay una característica que hay que tener en cuenta que marca la diferencia de cara a trabajar con el servidor.
En VPS cada hosting tiene su configuración y cada uno se ocupa de mantener y configurar su propia partición, haciendo que en caso de error solo se caiga el servidor que ha tenido un mal uso, dejando intacto los otros hosting. En contraposición a esto, un servidor compartido tiene la particularidad de que si el host cae, todos dejan de tener la posibilidad de entrar a su partición, provocando que la configuración y el uso de ese servidor afecte a todos sus usuarios. Así, el entorno VPS es una de las mejores alternativas económicas a un servidor dedicado.
¿Merece la pena?
Como ya hemos adelantado, el uso de un entorno VPS es similar a los hostings dedicados con pequeños cambios que, aunque significativos, no afectan a nuestros archivos o a nuestra forma de trabajar con la nube. El primer cambio importante es el económico. Como era de esperar, trabajar con VPS resulta más barato porque estamos utilizando el espacio que realmente necesitamos, derivando en que ya no perdamos dinero contratando una cantidad de gigas que no utilizamos. Eso sin olvidar la posibilidad de poder configurar la partición con la seguridad de que el hosting no se caerá por culpa de otras personas o empresas, asegurándonos de que siempre esté disponible.