Uno de los mayores problemas a la hora de trabajar con la nube es el tema de confidencialidad de la información y la desconfianza innata que tienen la mayoría de usuarios por culpa de las habladurías o incluso los pequeños deslices que han podido sufrir celebrities cuando toda su información personal es filtrada por culpa de subir archivos desprotegidos a la nube. La verdad es que la nube es insegura siempre y cuando no se configure y conozcamos las recomendaciones necesarias para convertir ese espacio en la red en una especie de búnker de la información. Si no lo protegemos para que nadie más que nosotros o nuestros compañeros de empresa tengamos libre acceso a los archivos, es posible que nos veamos en situaciones indeseadas en las que la nube nos parezca poco segura.
Tener cuidado en la nube
Por muy seguro que sea el servidor y lo mucho que nos cubramos las espaldas, hay información sensible que deberíamos plantearnos mucho si subirla o no a la nube. Son aquellos archivos que contienen datos más personales y confidenciales, cuyo filtrado puede llevarnos a sufrir inconvenientes negativos en todos los aspectos, tanto para nosotros como para nuestra empresa. Es importante realizar un trabajo de clasificación de qué datos se pueden subir y cuáles es mejor conservar en el disco duro o en un dispositivo analógico lejos de la red.
¿Cómo saber qué subir y qué no?
Por desgracia no existe un filtro en el servidor que nos indique qué se puede subir y qué no. Tampoco existe un manual detallado donde salgan las características que debe cumplir un archivo para ser apto o no para subir a la red. Eso hace que todo se reduzca al criterio de cada profesional. Antes de subir un archivo o dato a la red revisemos si su información es sensible y si ésta puede repercutir negativamente hacia nosotros o nuestra empresa. Si creemos que puede ser sensible optemos por no subirla a la nube y así evitar un posible problema en caso de robo de datos de la mano de hackers.
La importancia de las contraseñas complejas
En los últimos meses se hizo viral una información que sorprendió a muchas personas: la simple contraseña, además de algo infantil, que tenía el creador de Facebook en su cuenta personal. Esto hizo que se abriera un debate referente a la seguridad y cómo esta debe empezar en nosotros, los usuarios y profesionales. Contraseñas simples como fechas de nacimiento o palabras simbólicas suelen ser un cliché en nuestro día a día, derivando en que pueda resultar fácil entrar en nuestra cuenta con tan solo conocer algunos rasgos de nuestra personalidad o de nuestra historia personal.
La mejor contraseña es la que mezcla mayúsculas con minúsculas, caracteres con números y que, en conjunto, haga una especie de puzle que solo nosotros sabemos interpretar y descifrar. La dificultad de las contraseñas, junto con la doble verificación (con la cual nos llega un mensaje al móvil con una clave cada vez que queremos entrar en la nube), es lo mejor que podemos implementar en nuestro entorno en nube para garantizar la seguridad de todos los archivos y documentos que hemos almacenado.
La importancia de encriptar los archivos
Es recomendable que cada vez que subamos un archivo, sin importar su tamaño o relevancia, se encripte para darle un añadido de seguridad al documento. Hay servicios de nube que encriptan automáticamente todos los archivos una vez se suben en su servidor y otros que, por lo contrario, no lo hacen. Si vuestro servidor no da esta opción siempre podéis utilizar un software de encriptación. Este, desde vuestro ordenador encripta el documento y lo sube a la nube, asegurándonos así ese extra de seguridad que hace que resulte casi imposible que terceras personas puedan encontrar dichos documentos y leerlos.
Junto con la encriptación es recomendable cifrar documentos. Mediante un software podemos asignar una contraseña a los archivos, consiguiendo que solo nosotros podamos abrirlos, ya que sabemos el password para acceder. Esta opción es un extra de seguridad, puesto que permite que podamos subir los archivos con la total seguridad de que no pueden ser abiertos si un desconocido da con dichos documentos. Como podéis ver, la encriptación y el cifrado de documentos van de la mano, haciendo así que nuestra nube sea un lugar completamente seguro.