Entendemos como producción flexible los sistemas de fabricación que se organizan alrededor de la conexión de distintos puestos de trabajo que se encuentran conectados con un sistema automatizado dirigido al transporte de los materiales. La automatización es absoluta y el control del sistema se realiza a distancia desde un equipo informático. La característica más identificativa de este sistema de producción se encuentra en la búsqueda de agilidad con un tipo de tecnología adicional y mediante la optimización del consumo de recursos. Estos sistemas se utilizan sobre todo como herramienta que se encuentra a caballo entre aquellos sistemas enfocados a producir series de piezas diferentes y aquellas máquinas que siempre producen la misma pieza.
Principales ventajas
Los sistemas de fabricación flexibles, también conocidos con las siglas de FMS, están dirigidos a ajustarse a una necesidad concreta que pueda tener un cliente. Los consumidores de la empresa reciben productos que están creados teniendo en cuenta sus necesidades, siendo algo que de otra manera no se podría fabricar manteniendo el nivel de rentabilidad de la cadena de producción. Normalmente la única manera de garantizar unos costes ajustados es trabajando con la producción masiva de modelos extendidos entre el público y que aporten poco margen para llegar a públicos específicos. Contra eso actúa la producción flexible, que busca ofrecer un producto personalizado a los nichos del mercado, partes del sector que pueden aportar grandes beneficios y abrir nuevas oportunidades de negocio para el futuro.
Los sistemas de producción de tipo flexible tienen el gancho de poder abrir mercado a los negocios. Pongamos como ejemplo una empresa que produce helados. Quizá lo más económico o eficiente es trabajar en crear un helado de sabor a chocolate para todo el verano, del cual se producirá 1 millón de unidades. Pero a través de los beneficios de la producción flexible esta empresa de helados podría dividir ese millón de helados en tres sabores distintos. Tendría medio millón de chocolate, un cuarto de millón de fresa y un cuarto de millón de vainilla. De esa forma aumentaría la cuota de mercado de la empresa, dado que ahora venderían helados a tres tipos de persona en base a sus diferentes gustos. Y aunque se vendieran menos helados de chocolate significaría que habría menos margen para sufrir pérdidas por llegar el invierno y tener todavía unidades de los helados de chocolate sin vender. Otro de los beneficios de la producción flexible se encuentra justo en eso, en permitir que los niveles de inventario sean reducidos y que así las empresas no inviertan más de la cuenta.
Desventajas a tener en cuenta
La flexibilidad que ofrecen estos sistemas se encuentra limitada por su propia naturaleza. El motivo de ello es que aunque los procesos de fabricación tienen más oportunidades de flexibilizarse, también hay ciertos inconvenientes. Son sistemas que suponen cargas de trabajo demasiado elevadas en lo que se refiere a ajustar el trabajo que realizan las máquinas de producción en cada uno de los casos. Habrá que llevar a cabo procesos de ajuste dependiendo de cuál sea el producto que se esté interesado en crear y no siempre será algo que se pueda hacer con sencillez. Esto supone un problema, sobre todo si trabajamos con un calendario de producción demasiado ajustado que no aporte posibilidades de improvisación. Si fuera necesario cubrir una urgencia el entorno de la fábrica se encontraría con un difícil obstáculo al que plantar cara.
Además de esto, tengamos en cuenta que la maquinaria que forma parte de los sistemas de producción es tan avanzada y compleja que requiere unos niveles de inversión superiores a la media. En parte estos costes vienen debidos a que es un sistema de producción que requiere una gran precisión bajo distintos procesos, así como una supervisión mayor de la que habría que invertir en una producción global que repitiera un mismo sistema de manera automatizada. Además, no olvidemos que si pasamos de un sistema de producción clásico a uno flexible tendremos que hacer una considerable cantidad de cambios y esto implicará un mayor gasto del que podríamos haber calculado. Todo ello perderá importancia a largo plazo, pero en un principio será inevitable pasar por caja para actualizar el equipo de la fábrica, lo que en algunos casos podría llegar a ser demasiado problemático.