¿Qué son los indicadores de gestión?

La base para que un negocio sea fructífero y genere grandes beneficios es el orden. Tener unas metas claras y una organización correcta son las claves (y aspectos a trabajar) para asegurarse un futuro brillante. Existen muchos métodos para mantener ese orden de forma constante, análisis de mercados, revisión periódica de la producción y tener un seguimiento de las cuentas. Pero si realmente deseáis ser los mejores en vuestro mercado debéis tener en cuenta los indicadores de gestión ya que gracias a ellos sabréis en cada momento el estado de vuestra empresa y cómo está posicionada en el mercado, haciendo que resulte más fácil ver en qué puntos está fallando y cuáles son sus rasgos positivos, los mismos que son recomendables explotar para así asegurarse un buen futuro empresarial.

 

¿Qué son los indicadores de gestión?

La forma sencilla de explicar qué son exactamente sería recordar vuestra época de estudiantes (o pensar en la de vuestros hijos). Cada trimestre recibíamos un boletín con las notas de esos tres meses donde se indicaban con siglas o números el grado de satisfacción de nuestro esfuerzo. Gracias a esas puntuaciones tanto tutores, padres como alumnos podían ver hasta qué punto habían logrado asimilar los aprendizajes marcados y así poder comprobar el grado de éxito en la labor educativa.

Ahora pensad en esa constante evaluación a la que estábamos sometidos en esta época de la vida y veréis que la esencia de los indicadores de gestión es esa: observar de forma constante y continuada la evolución del negocio para ver hasta qué punto llega al grado de éxito o fracaso de la actividad empresarial. Esto permite medir de forma sencilla la forma en que se desenvuelven los diferentes departamentos de la empresa para ver si existe algún punto débil que mejorar o un punto fuerte que aprovechar y explotar.

 

¿Para qué sirven?

Implementar el uso de indicadores de gestión en la práctica empresarial hace que se mejore de forma notable el funcionamiento del negocio, ya que esta recopilación de datos continuada permite que haya menos lugar para la incertidumbre, permitiendo ver de forma rápida y sencilla en qué punto está el conflicto y por tanto saber qué estrategia hay que tomar para remediarlo. Y eso sin olvidar que el uso de indicadores de gestión nos ayuda a hacer comparaciones de análisis anteriores y ver si se ha mejorado. Con esto aumentan las posibilidades de éxito y es más fácil analizar y descubrir qué cambios se efectúan para mejor o cuáles han hecho que empeoren los resultados empresariales.

 

¿Realmente son necesarios?

Esta práctica es opcional, pero es muy recomendable porque gracias a ese trabajo constante de observación y recopilación de datos nos resulta más fácil ver el origen de los problemas (que pueden generar pérdidas considerables) y por tanto saber qué acciones hay que tomar para remediarlo. El uso de indicadores de gestión es algo que grandes empresas utilizan de forma habitual en todas sus sucursales, demostrando así que realmente son útiles a la vez que eliminan las dudas y la incertidumbre de buscar qué cosas estamos haciendo bien y cuáles mal para así mejorar el posicionamiento del negocio en el mercado.

 

Tipos de indicadores

Esta herramienta de evaluación y control es muy versátil, puesto que puede medir el grado de efectividad de un departamento o incluso puede calcular el grado de éxito de la gestión empresarial. También es capaz de medir hasta qué punto se cumplen las metas propuestas. Como podéis ver, el uso de estos indicadores permite hacer un análisis global o uno más específico de un aspecto de la empresa, permitiendo así crear un diagnóstico de problemas y poder elegir cuál es la mejor estrategia para solventar estos errores.

Como ocurre con un organigrama, el uso de indicadores de gestión permite conocer el nivel de responsabilidad de cada uno y por tanto evitar que existan dudas entre empleados, permitiendo así que puedan tener un mejor control de su función y trabajo dentro del departamento. Esto permite saber en cada momento en quién se delega cada función y quién es el responsable de hacer una u otra actividad dentro del equipo que se ha organizado para trabajar en los distintos procesos de la empresa.

 

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