La gestión de datos de manera eficaz se ha convertido en una herramienta fundamental del día a día de las empresas para poder lograr una mayor productividad en la relación con los clientes, sin importar el tamaño de la misma. Según un análisis publicado por la página expansión.es, tan solo el 15% de las empresas tiene optimizado el uso y la gestión de sus datos, pese a que estas conocen la importancia de la gestión del big data, una gran mayoría asume las dificultades a la hora de realizar el ciclo de vida de una base de datos adecuadamente.
Para poder lograr una gestión de datos eficaz, las empresas deben empezar por reflexionar sobre todos aquellos factores que pueden afectar negativamente el almacenamiento de datos, es decir, identificar aquellos problemas que nos impiden lograr una gestión eficaz de los datos. Algunos ejemplos pueden ser los fallos humanos, la falta de conocimiento sobre el almacenamiento de datos, la desorganización en el almacenamiento de información, la falta de un plan a la hora de tratar los datos …
Una vez que se identifica el problema, las empresas deben poner en marcha una solución adecuada para cada situación. Definir la estrategia corporativa para la gestión del ciclo de vida de una base de datos es una necesidad para las empresas que compiten en el mercado actual. Para poder definir la estrategia debemos tener en cuenta la designación de responsables, la definición de la tecnología a utilizar y la incorporación de buenas prácticas, entre otros elementos.
Pero no todo es tan sencillo como parece, ya que a estas cuestiones debemos añadir algunas otras dificultades que pueden aparecer en la organización debido a las exigencias del mercado y la gran velocidad a la que avanza la tecnología. Algunas de las características que se deberán tener en cuenta a la hora de crear una estrategia para la gestión de datos son:
- Inmediatez de la información: La toma de decisiones se acelera y las empresas necesitan nuevas perspectivas sobre el planteamiento de los procesamientos de su información.
- Globalización de los mercados: Al aumentar el mercado aumenta el volumen y la variedad de información que las empresas deben almacenar, que se guardan como datos estructurados y no estructurados.
- Capacidad para adaptarse a las necesidades del mercado: El instinto de supervivencia de la empresa es fundamental para poder adaptarse a los nuevos tiempos económicos, que exigen una mayor capacidad de respuesta en un menor tiempo, por lo que las compañías tienen menor capacidad de realizar un análisis de la información.
Una vez elaborada una estrategia de gestión de los datos, no hay que olvidarse de la seguridad de los datos. Esto supone un quebradero de cabeza en muchas ocasiones para las empresas, ya que se producen pérdidas de archivos, robos, problemas a la hora de encontrar documentos…
Dependiendo de la situación empresarial, los datos que se almacenen pueden proceder de fuentes distintas, y pueden ser datos estructurados, semiestructurados, o no estructurados. La integración de distintos sistemas que contienen datos e información heterogénea, nos permite proteger la información con una mayor eficacia, así como mejorar la seguridad y garantizar el estricto cumplimiento de la ley sobre protección de datos.
Para el control de los ficheros no solamente tenemos que establecer una serie de reglas, sino que gracias a la integración de datos, se puede garantizar una seguridad mayor. Por lo tanto, se debe tener en cuenta la integración como proyecto esencial para la gestión básica de la información en una compañía.
La capacidad de afrontar estos desafíos, entre otros muchos que surgirán a medida que la gestión de datos se asiente en las compañías modernas, será el modo en el que las empresas del siglo XXI marquen distancias con los competidores. Aquellas que decidan apostar cuanto antes por una gestión de datos eficaz, cumplirá con las necesidades de la nueva economía globalizada y su gran cantidad de información.
