Cómo conseguir una IP fija

Ya conocemos las diferencias entre los distintos tipos de conexión IP. Por lo tanto ahora lo que nos interesa principalmente es tener conocimiento para gestionar la red con la intención de hacer uso del tipo de IP que mejor nos pueda venir en cada tipo de momento. La ip fija, por ejemplo, ha llegado a obtener una gran popularidad entre empresas y particulares, quienes sacan un gran partido al concepto de mantener una misma dirección IP sin que esta cambie de forma habitual.

 

Recordemos la base

La IP pública y dinámica es la más frecuente en las conexiones de hoy día. El problema de este tipo de IP es que cambia dinámicamente dependiendo de distintos factores y nosotros no tenemos control sobre ello. Para los negocios que por muchos motivos necesitan tener una IP constante, hay que tener en cuenta varios factores. Conseguirlo no es imposible, pero requiere ciertos procesos de configuración que llevarán a disponer de una IP que no dará problemas, por ejemplo, a la hora de usar sistemas de identificación remota. Porque para muchas empresas, por ejemplo, es un obstáculo disponer de una IP dinámica a la vista de que para realizar distintos procesos seguros deben autorizar en cada ocasión la IP desde la cual se lleva a cabo la conexión de sus empleados.

Si no podemos evitar tener que usar una IP pública de tipo dinámico, lo que tendremos que tener en cuenta es que cada vez que hagamos un reinicio de la conexión (al reiniciar el router, por ejemplo), esta dirección cambiará, por lo que cualquier proceso de identificación o autorización se irá al traste. Lo mismo ocurrirá en aquellos casos en los que se produzca un corte de luz o la conexión sufra una inestabilidad que produzca un reinicio de la misma. Son demasiados casos en los que algo puede salir mal como para que las empresas tengan que recurrir a las IPs públicas de una manera constante teniendo en cuenta los tiempos que corren y la importancia de tener IPs fijas.

 

¿Qué servicios utilizar?

Una vez visto esto llegamos al momento de la verdad: el proceso que necesitamos seguir para disponer de una IP fija. Hay algunas operadoras que cuentan con un servicio añadido que permite solicitar la ip fija para que nos olvidemos de forma automática de este tipo de problema. ¿Es recomendable? Mucho, porque de un carpetazo nos vamos a quitar de encima todos los problemas que se achacan a las conexiones dinámicas, que cambian sin ton ni son. Nuestra empresa pasará a tener una IP que la identificará y esto se convertirá en todo un punto a favor de ofrecer una experiencia más sólida y consistente a la hora de trabajar y de tener relaciones con clientes o socios. El método más cómodo consiste en la consulta con la operadora, pero esto no significa que no haya otras opciones para configurar nuestra ip y beneficiarnos de una fija que nos acompañe a partir de ese momento.

Las alternativas al trabajo con la operadora incluyen recurrir al soporte de servicios personalizados. Uno de ellos es DynDNS, que ha ido ganando popularidad en los últimos años. Desgraciadamente, se ha hecho tan popular que al final sus responsables han preferido cobrar por el servicio teniendo en cuenta que en sus orígenes fue gratuito. Aunque funciona bien, la realidad es que si nos planteamos hacer un gasto quizá nos interese más hablar con la operadora y así no complicarnos la vida. De no ser posible esa opción sí que podríamos recurrir a este servicio. En él lo que hacemos es introducirnos en su plataforma de DNS dinámico con el cual se creará un sistema de redirección que llevará directo hacia nuestra dirección IP. De esta manera no habrá que preocuparse por el cambio dinámico que hagamos, dado que siempre estaremos conectando por la misma vía.

Como este servicio ahora es de pago hay que recomendar otras opciones. Una es DNSExit, que nos permite configurar una IP fija mediante su sistema de DNS. El único requisito es que instalemos un software de manera local en cada uno de los equipos que se quieran beneficiar de su servicio. También podemos optar por FreeDNS Afraid, que funciona bajo la misma filosofía o NO-IP, aunque en este último caso el periodo de prueba es de 30 días. Eso sí, si tenéis dudas sobre lo que hará por vosotros una IP fija, este programa podría ser una buena opción para ponerlo a prueba y luego tomar una decisión.

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