La revisión de tu red de ordenadores, incluyendo software y hardware, es una tarea obligatoria en todo trabajo de mantenimiento informático. Asegurarse de que todos los ordenadores funcionan de manera óptima ayuda a que todos los usuarios puedan trabajar con un buen rendimiento.
Si estás interesado en contratar un servicio de mantenimiento preventivo, este post es para ti.
Los equipos tienen una vida útil limitada, y de vez en cuando te recuerdan este hecho. Comienzas a escuchar más ruido de lo normal, empiezan a disminuir la velocidad, y comienzan a mostrar mensajes de error sin razón aparente.
Sin embargo, muchos de estos problemas se pueden evitar por completo con un poco de previsión y preparación. Veamos algunas de las principales rutinas de mantenimiento informático que debes tener en cuenta.
1. Revisa que la ventilación sea correcta
El calor es uno de los mayores factores que pueden afectar negativamente a un PC. Puede causar que un equipo funcione más lento, dañar los componentes, y en el caso de los ordenadores portátiles, acortar drásticamente la vida de la batería.
Todos los equipos están diseñados para disipar eficazmente el calor que generan a través de ventiladores y rejillas de ventilación. Sin embargo, estos orificios de ventilación se obstruyen fácilmente. La colocación de la torre de un PC debajo de una mesa de escritorio y contra una pared puede restringir el flujo de aire, lo que impide que el calor pueda escapar.
En un ordenador portátil, las salidas de aire se encuentran normalmente en la parte inferior. Advierte a los usuarios de portátiles que cuando se lleven los portátiles a casa u hoteles, no deben utilizarlos sobre una superficie blanda, como sus piernas, una cama o una almohada. Si lo hacen esas salidas se bloquearán y el portátil se sobrecalentará.
También debes tratar de no colocar ningún ordenador demasiado cerca de un radiador o donde esté a plena luz del sol, sobre todo en verano.
2. Evita la acumulación de polvo
El polvo también puede causar acumulación de calor. Si colocas la torre de un ordenador en el suelo, no pasará mucho tiempo antes de que haya absorbido una importante carga de polvo, arena, pelos, etc. Los ordenadores portátiles son aún más susceptibles al polvo.
Lo que hace la acumulación de polvo es bloquear las salidas de aire y crear una capa aislante en la zona superior de las partes que generan calor, poniendo al ordenador en riesgo de sobrecalentamiento. También puede obstruir las piezas móviles: un ventilador muy apelmazado tendrá que trabajar más duro, y será mucho más ruidoso durante ese proceso.
Incluye en tus tareas de mantenimiento informático la comprobación periódica de las aberturas de ventilación traseras de los ordenadores de tu red para revisar que no estén bloqueadas. Mejor aún, vale la pena que de vez en cuando abras la caja y lo limpies por dentro completamente. Puedes usar una lata de aire comprimido para desalojar toda la porquería de los componentes.
3. Que no haya cables sueltos
Los cables pueden aflojarse con mucha facilidad, tanto dentro como fuera de la caja del ordenador. Si algún ordenador experimenta problemas de hardware vale la pena comprobar que todos los cables internos están correctamente conectados a la placa base. Algunas partes, como discos duros, usan tanto cables de datos como de alimentación, por lo que deberás revisar todos ellos.
4. Debes prevenir los efectos de subidas de tensión
Las subidas de tensión son causadas por muchas cosas, desde la caída de rayos a la existencia de grandes aparatos o máquinas tanto dentro de tu oficina como en los alrededores. Y son muy peligrosas porque pueden causar un gran daño a un ordenador. Desde perder datos de poca importancia a tener que cambiar la fuente de alimentación o incluso que la placa base quede inservible.
Existen dispositivos como algunas regletas de seguridad que te permiten conectar tus ordenadores y otros dispositivos evitando estos percances.
5. Evita el efecto de los cortes de energía
Además de protegerte contra las subidas de tensión, también debes hacerlo contra los cortes de energía. En la mayoría de los casos, un corte de energía repentino puede provocar la pérdida de datos, pero los discos duros y unidades de estado sólido también podría sufrir un daño de hardware permanente.
Los discos duros en particular, son susceptibles tener problemas con rascones en la superficie del disco por lo cabezales de lectura y escritura. Los SSD (discos sólidos) no tienen partes móviles por lo que no se ven afectados de esta manera, sin embargo, siguen siendo vulnerables a un corte de energía. Se pueden dañar o incluso morir por completo.
Entre las tareas de mantenimiento informático deberías incluir utilizar, en la medida de lo posible, sistemas de alimentación ininterrumpida. Se trata de dispositivos externos que proporcionan unos minutos de energía de reserva de emergencia, lo suficiente como para que te dé tiempo a cerrar el equipo de forma segura.
6. Mantén el software al día
Los problemas de software no van a reducir físicamente la vida útil de los ordenadores pero sí que van a hacer que todo se ejecute más lento, y se produzcan errores.
En primer lugar, debes cuidar la seguridad mediante la instalación de todas las actualizaciones disponibles para tu sistema operativo y los diferentes programas instalados. Asegúrate de que estás ejecutando un navegador web actualizado, y deshazte de los plugins inseguros como el Flash. Instala todas las herramientas de seguridad necesarias, pero no exageres, sólo debes ejecutar un solo antivirus a la vez.
A continuación, revisa el rendimiento. Desinstala los programas no utilizados, y evita el uso excesivo de aplicaciones beta. Comprueba qué programas se ejecutan en el arranque, y eliminar los que no necesites. También debes eliminar los archivos obsoletos y revisar los errores de registro.